Todos en algún momento de nuestra vida, sobre todo en la época adolescente hemos perseguido a nuestros/as ídolos en busca de un autógrafo o cualquier otra cosa que demostrará que habíamos logrado estar con el/ella. Algunos van más lejos y deciden tatuarse la firma, en este caso de su actriz/cantante favorita Miley Cyrus.